Lista Roja
del Patrimonio Complutense

Una relación del Patrimonio Histórico en riesgo

COLEGIO-CONVENTO DE CARMELITAS DESCALZOS DE SAN CIRILO
   


 

1.2.5. COLEGIO-CONVENTO DE CARMELITAS DESCALZOS DE SAN CIRILO

 
 
Fachada principal (estado meses atrás)

Ubicación: Calle de Santo Tomás de Aquino.
Datación: C. 1592-1598.
Fundación: Santa Teresa de Jesús.
Arquitecto: Posib., fray Alberto de la Madre de Dios.
Descripción: Iglesia de planta de una sola nave, cruz latina casi sugerida, bóveda de tres tramos, cúpula sobre pechinas, coro a los pies.
Catalogación: Desconocida.
Estado actual: Iglesia restaurada recientemente, pero con daños. Anexa cárcel en lamentable estado, ruina avanzada.
Riesgo: Notable.

Otros detalles: Inicialmente situados en la C/ Colegios, los carmelitas descalzos optaron por trasladarse a este lugar, a las afueras de la Puerta Nueva, donde encontrarían el espacio necesario para levantar con holgura su colegio-convento e iglesia. Un lugar donde también podrían labrar huerta espaciosa. La obra se terminaría en 1598. El colegio tendría de primer rector a un inquieto fraile que, con el tiempo, llegaría a ser conocido como San Juan de la Cruz.

Tras la Desamortización del s. XIX, el edificio se destinaría a cuartel. Al ser desestimado para ello, por su escasa capacidad, el Estado lo destinó a cárcel, quedándose corto de espacio en poco tiempo. La necesidad de sitio y condiciones motivaría la construcción de una nueva galera. Del colegio-convento tan solo se mantuvieron algunos muros que encajaban con el nuevo proyecto, así como la iglesia, que permaneció, transformada ahora en capilla del centro.

Se trata de una iglesia de extremada sencillez, como corresponde a la norma de la descalcez carmelitana, desprovista de alardes decorativos. Pero también de la capacidad necesaria, algo que motivaría a la comunidad religiosa para buscar cómo ampliar su exiguo espacio. Con el tiempo, sufriría diversas transformaciones: apertura de hornacinas en el muro de la Epístola y el añadido de capillas al exterior, en el lado del Evangelio, previa autorización del municipio. Capillas éstas, derribadas al instalarse el penal, de las que tan solo nos quedan los huecos, hoy cegados por modernos cerramientos.

 
Daños en la fachada (actual)
 

La fachada de la iglesia se perdió al edificar delante suyo en su etapa de capilla penitenciaria. Trasladada la cárcel, pasa a manos de la Universidad, que inicia trabajos de restauración en 1988. Pese a derribar el edificio que ocultaba la fachada, no fue posible devolverle el aspecto original, al no poder documentarla —no hay registro que constate cómo era exactamente—, por lo que, en su rehabilitación, se optó por otra solución de ‘peculiar’ gusto, que sigue chocando al visitante que a ella se acerca. El interior se hallaba en lamentable estado, con parte de las cubiertas hundidas, escombros y deshechos. Se realizó una meritoria labor de recuperación. El espacio rehabilitado se destinó a sala de teatro con el evocador nombre de ‘La Galera’, uso en el que permanece.

Sin embargo, no todo acaba siendo tan idílico como se desearía. El entorno peca de descuido y dejadez, acentuado por el lamentable estado de la antigua prisión. Para los cerramientos de las antiguas capillas —vandalizados los inicialmente colocados— se ha optado por soluciones poco estéticas, que semejan más ‘parches’ que actuaciones serias. De la dudosa fachada ya hemos hablado. No evita que el vandalismo se cebe en ella. Hecho que se ve acentuado por ese prurito, tan de moda, de colocar banderolas de vivos colores sobre antiguas y venerables fábricas. Quizá no fuera previsible que el viento agitara la banderola de la fachada con tanta fuerza como para arrancarla de cuajo. Pero duele ver el pésimo estado en el que se halla ahora, cuando pasan las semanas sin que haya solución alguna. Parece que su situación ‘extramuros’ sigue perjudicándola.

Es poco lo que nos queda hoy día del Colegio-convento de San Cirilo. Razón de más para cuidar de manera más meticulosa de estos escasos restos y no dar pie a más daños sobre su estructura.

 

 

 


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