Lista Roja
del Patrimonio Complutense

Una relación del Patrimonio Histórico en riesgo

ARCO MEDIEVAL DE LA ERMITA DE LA CANALEJA
   


 

1.2.9. ARCO MEDIEVAL DE LA ERMITA DE LA CANALEJA

 
 
Arco desde el interior (A. Graván)

Ubicación: En la Finca de La Canaleja (perteneciente al Centro Nacional de Recursos Fitogenéticos del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria). Autovía A-2, km 36, sobre la terraza más baja del río Henares, a unos 40 m de su cauce, donde confluyen los caminos que se dirigen a Alcalá, Guadalajara y Los Santos de la Humosa. La aldea de La Canaleja, en la que se ubicaba la ermita, estuvo habitada hasta el siglo XVIII.
Datación: Las tipologías de los muros y su desarrollo compositivo sugieren situar la construcción en un momento de transición entre el románico mudéjar (románico de ladrillo) y el gótico mudéjar, posiblemente s. XIII, aunque no se puede descartar un origen anterior (teniendo en cuenta la estabilización de la comarca desde la reconquista en 1085 y la definitiva conquista de Alcalá la Vieja en 1118).
Arquitecto: Desconocido.
Descripción:
Edificio de aprox. 60 m
2, que ha sufrido numerosas alteraciones. En la cabecera se encuentra el elemento más notable por su valor histórico-artístico: un arco románico mudéjar, de posible transición a formas góticas, elaborado en ladrillo y enmarcado en alfiz, que deja clara la existencia de un templo medieval mudéjar de orientación canónica NE-SO, propia de los templos cristianos erigidos durante la repoblación. El muro donde se sitúa tiene unas dimensiones de 5,06 m desde el suelo a la cumbrera, siendo su ancho también de 5,06 m. En el informe final de los trabajos de prospección arqueológica (año 2012), se afirma que este muro presenta una portada realizada en ladrillo en su cuerpo central, con mampostería encintada en ambos lados, que pudiera asociarse a la entrada de la ermita. Los autores suponen que el edificio se prolongaría hacia el este, siguiendo los cánones medievales. El alfiz tiene una altura de 4 m con ancho de 2,98 m, incluyendo los pilares de ladrillo que le sirven de marco. El sencillo arco central es de doble rosca o dos arquivoltas, siendo la más interna de medio punto, retranqueada al interior unos 7 cm con respecto a la arquivolta más externa, siendo esta ligeramente más apuntada. Los arcos quedan apoyados en dos impostas, con molduras retranqueadas de barro cocido, de perfil cóncavo, conocidas con el nombre de nacelas, muy características en la albañilería románica para la construcción de portadas y arcos abocinados en ladrillo. La altura del vano del arco desde el suelo, es de 3,12 m y su anchura de 1,90 m. La altura total del arco es de 3,68 m.
Catalogación: Aunque no consta que la ermita en concreto tenga protección, la finca se halla dentro de dos áreas de protección arqueológica tipo C y B, teniendo incidencia directa sobre un Bien Conocido y catalogado de Interés Histórico C/0005/035, yacimiento denominado El Encín. El área B supone la existencia probada de restos arqueológicos, lo que requiere la verificación previa de su valor en relación con el posible destino urbanístico del terreno, mientras que el área C supone zonas en las que es muy probable la aparición de restos arqueológicos.

Aspecto del arco al exterior (A. Graván)

Estado actual: Su última ocupación fue como vivienda para un operario de la finca. Al cesar en ese uso, todos sus huecos fueron tapiados. El revestimiento exterior se encontraba enfoscado con cemento pintado de blanco, lo que impedía una lectura de los materiales. Solo se podía deducir que se basaba en ladrillo, tapial y sillarejo. Los lienzos sur y este eran los más degradados, al ser los de mayor humedad y umbría, próximos al río. En el exterior, tan solo resultaba llamativo un arco de ladrillo, que permitía inferir la existencia interior de otro paramento decorativo. Por entonces, al carecer de datos, se le consideró fechado entre finales del s. XIX y primera mitad del s. XX. Se valoró efectuar un vaciado interior de suelos, techos, tabiques y cubierta, pero manteniendo los muros, para darle un nuevo uso.
En el transcurso de las obras, la Dirección General de Patrimonio de la CAM solicitó a los arqueólogos un seguimiento especial de las actuaciones. Una vez eliminados los elementos modernos interiores, se pudo constatar el lamentable estado de conservación en que se encontraban las fábricas, con graves pérdidas de material, poniendo en peligro la integridad estructural del edificio. Las obras de eliminación de enfoscados y enlucidos permitieron descubrir el tesoro que es esta obra de albañilería de transición románico-mudéjar al gótico-mudéjar: el arco de ladrillo, principal objeto de preocupación en esta ficha.
La construcción reveló ser la antiquísima ermita de la que fuera aldea de La Canaleja y, como en muchos otros casos, probablemente iglesia del lugar, dado el reducido número de habitantes con que contaba. El descubrimiento fue comunicado a los Servicios Técnicos de la CAM, que visitaron el lugar en noviembre de 2012. Entre tanto, el edificio recibió un tratamiento de cara a su protección. Se realizó un informe sobre la situación de la ermita y las actuaciones llevadas a cabo hasta el momento, haciéndose una valoración histórico-arqueológica. Se adjuntó una propuesta de rehabilitación arquitectónica (Sánchez Gil, Guillermo: Propuesta sobre el hallazgo arqueológico en el edificio ermita, de la obra de rehabilitación de los edificios integrados de la finca "La Canaleja" del INIA en Alcalá de Henares), que sería entregada a los servicios de Patrimonio Histórico de la CAM en noviembre de 2012 y aprobada por la Dirección General de Patrimonio. El destino del edificio iba a ser inicialmente almacén de maquinaria. Pero al conocer la relevancia del mismo, se propuso darle un uso más noble y adecuado como sala de juntas y pequeña aula. A partir de la propuesta realizada en la Dirección General de Patrimonio en noviembre de 2012, en lo concerniente al lienzo que nos interesa especialmente (por alojar el elemento decorativo medieval mudéjar), se procedió a poner al descubierto el paramento del muro. El equipo de arqueólogos, Jorge de Juan Ares y Yasmina Cáceres Gutiérrez, propusieron una serie de actuaciones complementarias, encaminadas a la mejor protección de este bien, como intervenir sobre la portada mudéjar del edificio para rellenar e igualar las llagas de mortero existentes entre los ladrillos (retacado), que han sufrido la pérdida de material. Pero poco más se ha hecho hasta la fecha. Su estado actual dista bastante de ser considerado óptimo, presentando serias carencias. Los proyectos de rehabilitación han quedado paralizados, mientras las condiciones desfavorables del entorno siguen haciendo mella en la estructura. Su conservación está comprometida.
Riesgo: Grave, debido a la persistencia de disgregación de los ladrillos de la portada, situada en el interior de la actual nave, y la ausencia de planes de intervención inmediata.

Disgregación
  Disgregación del ladrillo por humedad

Otros detalles: Nos encontramos ante uno de los muy escasos representantes de esta tipología de arco en el término municipal de Alcalá. Se trata de un momento en que la construcción de templos estaba a cargo de albañiles que traducían los lenguajes románicos a los modos más simplificados (románico de ladrillo), propios del mudéjar, de las arquitecturas de repoblación en los alfoces de Alcalá y Guadalajara, en cuya frontera se hallaba la aldea de La Canaleja. Hablamos de un arte rural, vinculado al proceso político de la repoblación castellana en las tierras reconquistadas a al-Ándalus. Un arte que no plantea grandes dificultades técnicas, buscando satisfacer, con cierta inmediatez, las necesidades religiosas de las comunidades, agrupadas en pequeñas aldeas como esta, o como las cercanas de El Encín y La Humosa. Usa materiales que están a pie de obra, como la abundante arcilla de las terrazas del Henares o los cerros de la margen izquierda del Henares, los cantos rodados depositados por el río, o las calizas que se obtendrían en canteras del cercano páramo de Los Santos de la Humosa; todos ellos, materiales que compondrían el clásico aparejo de los edificios alcalaínos, a base de tapial de tierra, barro cocido para tejas y cajones de mampostería de cantos cuarcíticos o de sillarejos calizos, sin olvidar las cercanísimas pobedas, olmedas o fresnedas, que proveerían la madera.

Este singular elemento podría emparentarse con cercanos templos, como la ermita de La Vera Cruz sobre el cerro Ecce Homo (de posible tipología románica) o la iglesia mudéjar de Alcalá la Vieja; a la sazón, serviría para pensar relaciones con primitivos templos de la Alcalá medieval: San Justo, Santa María la Mayor, San Juan de los Caballeros…

Los arqueólogos plantean la posible extensión hacia el este del templo original. ¿Quizá mediante algún tipo de pórtico o nártex? En esa línea, desde Patrimonio de la CAM se indicó el interés que tendría la ejecución de un pequeño sondeo, de 1 m x 1 m, al exterior de la ermita, en la parte donde se sitúa el arco mudéjar. Los resultados de las prospecciones sacaron a la luz restos de un muro o cimiento a base de cantos de río, mortero y fragmentos de teja, así como restos de enterramientos humanos. El equipo de arqueólogos concluyó que la construcción medieval se extendía presumiblemente hacia el oriente, manifestando los enterramientos el carácter religioso del lugar. No obstante, la pequeña magnitud de los trabajos efectuados no permite aún sacar conclusiones demasiado rigurosas. Como señalamos, se trata de una intervención pendiente de futuras prospecciones y estudios.

Volviendo al arco y a su tipología, podemos encontrar ejemplos similares en buen estado de conservación, tanto en la actual provincia de Madrid (Paredes de Buitrago, Manjirón, Prádena del Rincón, Montejo de la Sierra, El Berrueco, Horcajuelo de la Sierra o la arquería en el muro meridional del anteábside del Morabito de Talamanca de Jarama), como en uno de los focos de los que bebió el románico mudéjar en nuestra comarca, como era el castellano y leonés (La Lugareja de Arévalo, San Lorenzo en Toro, San Juan en Mojados, Cuéllar, Santa María en Melque de Cercos o las vallisoletanas de Zapardiel, Villarmentero de Esgueva y Rubí de Bracamonte, entre muchos ejemplos situados en comarcas pobres en piedra y abundantes en población mudéjar, como las cuencas sedimentarias del Duero y sus tributarios). Pero son notablemente escasos en la Tierra de Alcalá, lo que dota de especial interés la preservación de esta estructura y su divulgación.

Para la documentación de esta ficha ha sido de gran ayuda el Informe final de los trabajos de prospección arqueológica y control de los movimientos de tierras en la Finca La Canaleja de Alcalá de Henares, de mayo de 2013, realizados por Jorge de Juan Ares y Yasmina Cáceres Gutiérrez. Agradecemos a Enrique Baquedano, director del MAR, por facilitar el acceso a este documento en el Museo Arqueológico Regional de Alcalá de Henares (junio-julio de 2015).

 



Detalle del arco


Aspecto exterior en la actualidad (febrero 2016)


Localización en relación al río y el Camino de La Magdalena (Google Maps)







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